Amor tasado

¡Buenos días!

En 2024 el envío de dinero hacia México superó los USD 64 700M. El impuesto del 3.5 % a las remesas propuesto en EE. UU. podría reducir hasta USD 2000M los envíos este año. El gravamen aprobado por la Cámara de Representantes —pendiente de revisión en el Senado— afectaría principalmente a trabajadores mexicanos indocumentados. Personas que no tienen posibilidad de reintegrarlo a través de la declaración fiscal, como sí podrían hacerlo ciudadanos o residentes.

Esta semana les recomendamos la primera edición del boletín República Descubre. El encuentro mensual con la cultura.

 
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Alice Utrera
Remesas bajo presión en México
578 palabras | 2 mins de lectura

El posible impuesto del 3.5  % a las remesas enviadas desde EE. UU. amenaza con alterar una de las fuentes más estables de ingresos para millones de familias mexicanas. Aunque todavía falta la aprobación del Senado, México ya se prepara diplomática y fiscalmente para mitigar los eventuales efectos.

Por qué importa. La medida fiscal desestabilizaría parte del consumo interno y presionaría a las instituciones financieras. El efecto va mucho más allá del migrante.

  • Las remesas sostienen el consumo básico de numerosas familias, particularmente en zonas marginadas.

  • Genoveva Roldán Dávila, investigadora económica de la UNAM, advierte que no es un ingreso cualquiera: alimenta, educa y da salud.

  • El gobierno de Claudia Sheinbaum califica la propuesta como una injusticia. Ha pedido un diálogo directo con Washington.

Cómo funciona. La aplicación del impuesto no sería generalizada, pero sí sus efectos colaterales. El estatus migratorio será determinante.

  • “El tributo recaería solo en los remitentes sin residencia legal en EE. UU.”, explica Gerónimo Ugarte, economista en jefe de Valmex Casa de Bolsa.

  • Rodrigo Villegas, fundador y CEO de Suass Group, señala que “la medida forma parte de una narrativa electoral, más que de una política estructural”.

  • Un envío promedio de USD 384 implicaría un pago adicional de más de 13 en comisiones si se pone en práctica.

Qué destacar. La caída reciente de estas transferencias es una señal de alerta, pero no responde únicamente a la nueva tasa. Hay factores macroeconómicos en juego.

  • En abril de 2025 disminuyeron un 12.1 % anual, aunque en términos reales crecieron 0.7, según Ugarte.

  • “Algunos bancos ya prestan con base en el flujo de envíos, no en el historial crediticio”, indica Ankit Sharma, socio de Monitor Deloitte especializado en servicios financieros.

  • Plataformas digitales y billeteras descentralizadas crecen como canal alternativo, desplazando a las instituciones tradicionales.

Punto de fricción. Aunque no generan inversión, sí otorgan estabilidad social y macroeconómica. Cambiar su lógica implicaría rediseñar la economía de base en muchos territorios. 

  • Ugarte calcula que “el 85 % se usa en gasto corriente”, lo cual sostiene el consumo en comunidades sin otras fuentes de ingreso.

  • “Las familias afectadas podrían acudir a canales informales, afectando el control fiscal y empresas como Western Union y Oxxo”, advierte Roldán.

  • Los centros emisores —grandes y pequeños— podrían presionar políticamente para bloquear la medida, al ver amenazada su operación.

Ecos regionales. Guatemala enfrenta una dependencia mucho mayor que México. Y cuenta con menos herramientas para amortiguar el impacto. Su vulnerabilidad es estructural.

  • Sharma explica que, aunque México recibe más remesas en monto absoluto, en Guatemala representan más del 20 % del PIB.

  • Mientras México exporta el 35 % de su producción, en Guatemala ese porcentaje se sitúa entre el 5 y 6 %. Esto limita su diversificación.

  • “Usar remesas para proyectos productivos y aumentar la inversión ayudaría a cambiar el modelo económico guatemalteco”, sugiere.

Ahora qué. Sharma advierte que habría un repunte temporal antes del 4 de julio (día de la decisión en el Senado), seguido de una caída entre el 3 y el 5 %.

  • Roldán teme que el crimen organizado capte parte de esos flujos en caso de formalizarse la carga, lo que implicaría nuevas amenazas financieras y sociales.

  • Ugarte señala que “el mayor riesgo no es el impuesto en sí, sino la fragilidad del empleo en EE. UU.”, ya que muchos migrantes trabajan en sectores cíclicos.

  • A un mes del debate en la cámara alta, las estrategias mexicanas se enfocan en diplomacia, cabildeo y contención narrativa. El resultado es incierto.

 
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María José Aresti
Sector inmobiliario, lejos de su techo
471 palabras | 1 min de lectura

El desarrollo inmobiliario se posiciona como el tercer sector de mayor tamaño de Guatemala. Su peso en el PIB, un crecimiento sostenido y su impacto transversal en otras industrias lo colocan como un protagonista económico.

Por qué importa. Su dinamismo no se limita a la obra construida. Activa una cadena de proveedores, servicios financieros, administrativos y profesionales que depende de su vitalidad.

  • En 2024 el impacto directo —entre consumo intermedio, salarios y utilidades— ascendió a GTQ 142 000M. A ello se suman 65 500M como impacto de segundo orden.

  • Las empresas constructoras demandan insumos superiores a los GTQ 35 000M, según estimaciones de CABI. Estos se distribuyen entre cemento, acero, cal, pinturas, maquinaria y hasta servicios arrendados o financieros.

  • En la cadena también se incluyen servicios especializados: arquitectura, ingeniería, contabilidad y seguridad. En particular, en alquileres no residenciales como oficinas y centros comerciales.

El otro lado. El efecto dominó es significativo, tanto en expansión como en contracción. Una ralentización golpea, asimismo, al sistema financiero, pymes proveedoras y empleos en ramas indirectas.

  • Servicios como arrendamientos, seguridad, contabilidad y consultorías técnicas muestran un aumento paralelo al inmobiliario. Esto los vuelve vulnerables a su ciclo económico.

  • El sistema financiero se nutre del crédito hipotecario y de la inversión empresarial en bienes raíces. Su crecimiento acompaña a la construcción.

  • Ricardo Rodríguez, gerente de CABI Economics, detalla que “cuando el sector se desacelera, también lo hace la demanda en cafeterías, supermercados, transporte y demás servicios que consumen sus empleados”.

Entre líneas. La industria no solo construye metros cuadrados; genera empleos formales con prestaciones sociales. Alrededor de 230 000 trabajadores están afiliados al IGSS. El rubro es un eje del empleo con cobertura en el país.

  • Si bien la formalización aún es un reto, la porción registrada ofrece “ingresos importantes y protección social”, asegura Rodríguez. Esto representa un derrame directo hacia miles de hogares.

  • Con todo, el 71 % de los metros cuadrados autorizados se registran en el departamento de Guatemala. Esto responde, en parte, a un vacío estadístico: muchos municipios no reportan datos completos.

  • La concentración refleja una economía aún centralizada. El desafío es fomentar el desarrollo fuera del núcleo urbano, no disminuirlo, sino equilibrarlo progresivamente con otras áreas.

Ahora qué. El crecimiento del real estate depende en buena medida del acompañamiento estatal. La inversión privada existe. Sin embargo, se requiere un entorno institucional que facilite su expansión en nuevas regiones.

  • Rodríguez concluye que el sector “no ha tocado techo” y que su potencial es aún alto, siempre que se aborden temas críticos como ordenamiento territorial y mejora de datos.

  • La demanda continuará mientras exista un déficit habitacional alto. La clave será conectarla con condiciones adecuadas de inversión, tanto en lo urbano como en lo rural.

  • El desarrollo de infraestructura básica y vialidades en ciudades intermedias será determinante para mantener el ritmo sin sobrecargar la capital. 

 
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