Cambio de guardia en la CIG

Buenos días

La Cámara de Industria de Guatemala inicia una nueva etapa bajo el liderazgo de Enrique Font. En un entorno regional competitivo y desafiante, la CIG reafirma su papel como voz firme del sector productivo. Su visión: fortalecer el desarrollo industrial, defender el Estado de derecho y promover condiciones que atraigan inversión, innovación y empleo.

La nueva presidencia representa continuidad en la defensa de los principios esenciales para el crecimiento económico y, asimismo, apertura a la modernización e internacionalización.

Desde República Empresa seguimos esta singladura, convencidos de que el sector privado organizado es actor imprescindible para lograr mayor prosperidad y libertad para todos los guatemaltecos.

Gracias por leernos.

 
Comparta este contenido:
Compartir en FacebookCompartir en LinkedInCompartir en WhatsApp
 

Por: María José Aresti 

En el marco de su reciente nombramiento como presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Enrique Font conversó con República sobre los retos y prioridades que marcarán su gestión. La competitividad, internacionalización y fortalecimiento gremial destacan como ejes estratégicos en su agenda.

¿Cuál es su visión general sobre el papel que debe jugar hoy la CIG?

— Proponer políticas públicas que ayuden al desarrollo. Creemos que la industrialización es la vía para lograr un crecimiento económico incluyente para todos los guatemaltecos.

Actualmente, la industria representa el 23 % del PIB y genera empleos formales con el mayor salario del sector productivo. Por eso somos muy enfáticos en defender la estabilidad macroeconómica, que es privilegiada. Sin embargo, es algo que solemos valorar solo cuando se pierde. Un déficit fiscal del 3 % puede parecer manejable, pero requiere una estructura estatal capaz de sostener ese gasto.

También nos preocupa la baja ejecución presupuestaria del gobierno actual. Si se habla de endeudamiento, debe ir orientado a inversión en infraestructura y no a gasto puro.

¿Cuál será el mayor desafío para el sector industrial en los próximos años?

— La falta de inversión en infraestructura. Este no es un problema nuevo, sino el resultado de décadas de rezago.

Puerto Quetzal, el principal del país, lleva más de 30 años sin ampliaciones importantes. Hay más de 40 buques esperando atracar, lo cual se traduce en pérdidas económicas e inflación.

Preocupa, asimismo, la caída en la velocidad promedio del transporte por las malas condiciones viales. A eso se suma el deterioro del sistema aeroportuario y la regulación ineficiente en temas de aviación.

Apoyamos con fuerza la aprobación de una nueva ley de puertos y otra para modernizar el sistema aeroportuario. Son pasos clave para recuperar competitividad.

¿Qué condiciones son urgentes para que las industrias operen y crezcan?

— La inversión en infraestructura es urgente. Aunque el contrabando ha bajado, esto se debe más a la depreciación del peso mexicano que a acciones propias del país.

Por ejemplo, México no cobra IVA en la canasta básica, lo que facilita que esa mercancía entre de contrabando. Esto pone a los productos nacionales en desventaja frente a los importados ilegalmente.

Los retrasos en puertos también son graves. Mientras que en México un producto fresco puede llegar en 24 horas a EE. UU., en Guatemala tarda ese mismo tiempo solo en llegar al puerto, y luego debe esperar para exportarse.

Además, la tramitología es uno de los mayores obstáculos. En Guatemala se superan los 5000 trámites; más que Venezuela (4700). Muchos de ellos exigen hasta tres pasos para un solo permiso.

¿Corremos el riesgo de quedarnos atrás si no resolvemos los cuellos de botella?

— Sí. Guatemala tiene una ubicación estratégica con acceso a dos océanos y una alianza sólida con EE. UU.

Tenemos muchas coincidencias con los estadounidenses, como el reconocimiento a Israel o el apoyo a Taiwán. A su vez, tenemos un déficit comercial con ellos, lo cual debe equilibrarse.

En cada ronda de conversaciones pedimos igualdad de condiciones arancelarias frente a países como México, que tiene más productos con cero aranceles.

Pero si no invertimos en puertos y carreteras, inevitablemente nos quedaremos atrás frente a la región. La infraestructura es vital para competir.

Los cambios en el entorno regional, ¿implican oportunidades o riesgos para Guatemala?

—Nuestro principal aliado económico es Centroamérica. Hoy comerciamos más con la región que con EE. UU. Eso nos obliga a fortalecer nuestras alianzas en el Triángulo Norte. El impulso a las fronteras abiertas debe continuar porque beneficia a todos los países.

Participamos activamente en FECAICA y otros foros para facilitar el comercio regional. Creemos firmemente en una integración económica más profunda con Centroamérica.

¿Visualiza nuevas oportunidades para que la industria gane terreno en el exterior?

— Claro. En nuestro plan estratégico estamos reenfocando los servicios internos de Cámara hacia la internacionalización. Además de pensar en exportar, debemos apoyar a las empresas que quieran instalarse en otros países o atraer IED.

Tenemos casos de empresas guatemaltecas que han crecido fuera del país. Es hora de trasladar esa experiencia a las PYMES, que son el 85 % de nuestros asociados. Queremos facilitar su acceso a nuevos mercados y fortalecer su capacidad de competir globalmente.

Vemos áreas como cemento, avícola, metalúrgico y restaurantes creciendo en la región. Eso demuestra que sí hay oportunidades reales. La mayoría puede crecer fuera del país si tienen el apoyo y las condiciones adecuadas.

¿Qué condiciones de infraestructura y políticas públicas son impostergables para atraer más IED?

— La Ley de Infraestructura Vial Prioritaria debe avanzar. Aunque tiene defectos legales, su implementación es urgente para modernizar el país.

Deben aprobarse reformas a las leyes de puertos y aeródromos. No podemos seguir postergando decisiones que ya llevan más de 20 años sin resolverse.

Es inaceptable que cambiar unas gradas eléctricas en el aeropuerto haya tomado más de 14 meses. Eso refleja lo mal que estamos.

Tenemos recursos y capacidad de endeudamiento. Lo que hace falta es decisión política para abrir espacio a inversión pública y privada, incluida la modalidad APP.

¿Está Guatemala preparada para aprovechar el aumento en IED?

— La inversión extranjera ha crecido, aunque aún es menor que en países como Costa Rica, pese a que tenemos una economía más grande.

Para atraer más inversión necesitamos certeza jurídica e infraestructura. En ese sentido, urge reglamentar el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales.

Vienen licitaciones importantes como la PEG-5 y PEG-3. La industria necesita energía, y nuestro modelo eléctrico ha sido exitoso desde la reforma de 1996.

Eso nos ha permitido incluso, en ocasiones, ser exportadores de energía eléctrica. Sin embargo, sin tener el reglamento del Convenio 169, no se da certeza jurídica a los procesos.

Su mensaje al sector industrial y al país en esta nueva etapa…

— Nuestro enfoque principal debe ser la unión de los ámbitos industrial y productivo. No podemos seguir divididos por temas políticos. La desunión solo abre la puerta al crimen organizado, la corrupción y el caos.

Como sector que más contribuye al PIB, tenemos la responsabilidad de exigir inversión, orden, legalidad y certeza para hacer negocios.

Lograremos el desarrollo solo con libertad empresarial y un Estado funcional.

Material visual: Diego Cabrera / República

 
Comparta este contenido:
Compartir en FacebookCompartir en LinkedInCompartir en WhatsApp
 

¿Coincide con Font en que la infraestructura es impostergable?

Iniciar Sesión o Suscríbete para participar en las encuestas.

Punto HTML con Texto Alineado

Miguel Rodríguez
Comercio chino: ¿dependencia sin retorno?
507 palabras | 2 min de lectura

El crecimiento exponencial de tiendas tipo mall de origen chino está redefiniendo el aparato comercial local. Estas estructuras atraen consumidores con precios bajos y productos electrónicos novedosos. Con este fenómeno, el comercio se inclina hacia importaciones chinas masivas, provocando retos para la competitividad de industrias locales.

Por qué importa. Durante los últimos dos años ha aumentado notablemente el número de tiendas. Estas operan como centros comerciales a gran escala en Mixco, Santa Catarina Pinula, Villa Nueva, Amatitlán y principalmente en la capital. Estas plataformas incentivan las importaciones masivas desde China, mas no la producción nacional.

  • En la capital y municipios cercanos proliferan comercios como China City, China Mall y China Depot, con grandes estacionamientos y afluencia vehicular.

  • Exhiben pasillos repletos de productos importados del gigante asiático, desde electrónica hasta muebles a precios muy por debajo de productores locales.

  • Muchos se registran como maquilas con beneficios fiscales —aunque no producen localmente—, aprovechando incentivos para fomentar exportación.

Lo indispensable. Este modelo de comercio plantea desafíos para desarrollar una oferta productiva nacional competitiva. La relación comercial entre ambos países refleja un desequilibrio estructural.

  • Esta asimetría exportador-importador provoca vulnerabilidades para productores guatemaltecos, afectando desde el empleo al cumplimiento de normas.

  • Hasta 2023, los productos exportados a China incluían café, macadamia, azúcar, níquel y metales. Por otro lado, las importaciones principales abarcan maquinaria, electrónica, vehículos y productos manufacturados.

  • La balanza comercial muestra un déficit persistente: en 2023 Guatemala importó por valor de USD 4122M y exportó USD 82M, según datos oficiales.

Voces. Para Enrique Font, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala, si China empieza a reducir precios por restricciones arancelarias, sus productos inundarán mercados como el nuestro, con precios más bajos que la producción local. “Eso podría reducir algunos costos, sí, pero también afectaría a nuestra industria”, señala.

  • Según el MINECO, el crecimiento de los “Malls Chinos” se debe al bajo poder adquisitivo de gran parte de la población. Esto limita la capacidad de decisión de compra, inclinando esta hacia productos más accesibles, aunque no necesariamente de mejor calidad.

  • “Estos hábitos de consumo centrados en lo más barato, afectan directamente la competitividad de las MIPYMES locales”, agrega en un comunicado la entidad. “Para revertir este escenario, se debe promover una mayor inversión que genere empleos de calidad, con mejores ingresos”.

  • A mediano y largo plazo, advierte el Ministerio, existe un riesgo real de que las MIPYMES se vean afectadas si no se fortalecen sus capacidades productivas, de innovación y comercialización.

Lo que sigue. Varias naciones, ante el dilema, han optado por fortalecer sus institutos de defensa comercial e interponer barreras, mientras que otras, por presión o pragmatismo, dejan avanzar estos flujos.

  • El contexto guatemalteco sugiere que la institucionalidad aún está en construcción para afrontar el fenómeno.

  • De no mediar cambios, la expansión de los malls chinos podría acentuar la dependencia e inhibir la innovación y la creación de empleo local a mediano plazo.

  • Es necesario promover iniciativas que fortalezcan a las empresas nacionales, con énfasis en elevar la productividad, facilitar la adopción tecnológica y fomentar empleos formales y bien remunerados.

 
Comparta este contenido:
Compartir en FacebookCompartir en LinkedInCompartir en WhatsApp
 

Punto HTML con Texto Alineado

Alice Utrera
La banca del futuro habla en código
507 palabras | 2 mins de lectura

Costa Rica se consolida como un polo estratégico de innovación financiera en Latinoamérica, gracias a la adopción de IA y analítica predictiva por parte de fintechs. Esta evolución mejora la eficiencia operativa y amplía el acceso financiero en grupos históricamente excluidos.

Por qué importa. La revolución tecnológica en el sistema financiero costarricense puede ser un modelo para Latinoamérica.

  • El número de fintechs en Costa Rica se ha cuadruplicado desde 2017, según el BID Lab. Abarca desde pagos digitales hasta ciberseguridad.

  • Esta expansión responde a una demanda de servicios más accesibles. Y, también, a una oportunidad para crear un ecosistema de innovación competitivo.

  • “Costa Rica transforma la experiencia financiera en un producto a la medida del usuario”, afirma Andrés Cabrera, economista especializado en transformación digital.

En el radar. La clave ya no está en digitalizar, sino en anticipar lo que el cliente aún no ha pedido. Esta modificación proactiva marca una nueva frontera en la relación entre usuarios y plataformas.

  • Las fintechs han pasado de ofrecer soluciones genéricas a desarrollar plataformas que entienden y predicen patrones de consumo.

  • Gracias a la IA y al machine learning, se ofrecen créditos, asistencia y recomendaciones en tiempo real, con un enfoque proactivo.

  • Cabrera advierte que las empresas que ignoren la predicción inteligente quedarán fuera de la mira del nuevo consumidor.

Datos clave. La innovación no solo mejora la experiencia, reduce costos y fortalece la competitividad. El impacto económico de estas herramientas se refleja en métricas tangibles de eficiencia y lealtad del cliente.

  • Según Fintech Radar de Finnovista, Costa Rica ya concentra el 5 % del total de startups fintech de Latinoamérica, pese a su pequeño tamaño.

  • Las herramientas predictivas permiten reducir hasta un 40 % los costos operativos y aumentan la retención de clientes en 30 %, según McKinsey.

  • En el caso de Datasys Group, automatización y migración a la nube han permitido a startups competir con bancos tradicionales en eficiencia y agilidad.

Entre líneas. El sector privado está empujando más rápido que el propio sistema financiero tradicional. La disrupción no proviene del Estado ni de la banca típica, sino de tecnológicas con visión empresarial clara.

  • Compañías como Datasys Group han sido claves al ofrecer soluciones de ciberseguridad y automatización robótica de procesos a fintechs emergentes.

  • “No se trata solo de desarrollar tecnología, sino de conectar necesidades de negocio con experiencias”, explica Carlos Villaseñor, especialista en Fintech de la firma.

  • Este tipo de colaboración ha permitido que empresas pequeñas ofrezcan servicios seguros, escalables y con detección automatizada de fraudes.

Ahora qué. La banca tradicional enfrenta un ultimátum: adaptarse o perder relevancia en los próximos años. Mientras tanto, las fintech ya construyen el estándar de lo que será la experiencia financiera del futuro.

  • La velocidad de adopción tecnológica será el nuevo diferencial competitivo en el mercado financiero.

  • Para las empresas del ramo, la advertencia es clara: la innovación no es una moda, es un punto de no retorno en la evolución del negocio.

  • “El cliente financiero del futuro ya está aquí, exige experiencias inteligentes y centradas en sus necesidades reales”, concluye Villaseñor.

 
Comparta este contenido:
Compartir en FacebookCompartir en LinkedInCompartir en WhatsApp