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Diplomacia de yuanes

¡Buenos días!
En el marco geoeconómico, China y su presidente Xi Jinping refuerzan la asociación con Latinoamérica y el Caribe. Prueba de ello ha sido la Reunión Ministerial del Foro China-CELAC este mes en Pekín en un contexto de tensiones proteccionistas y arancelarias. No todo es positivo en este acercamiento: los riesgos de sobreendeudamiento y excesiva dependencia de Pekín son patentes. Sin embargo, las promesas de enormes líneas de crédito, inversiones, incrementos de un ya floreciente y voluminoso comercio y cooperación en sectores estratégicos suponen un serio aviso de atención para la administración Trump.
En República Empresa nos interesa saber su opinión. Sus ideas y observaciones nos ayudan a crecer. Le invitamos a compartir este boletín a sus allegados.

Marcos Jacobo Suárez Sipmann
El dragón chino seduce a LAC
584 palabras | 2 mins de lectura

La IV Reunión Ministerial del Foro China-CELAC marca un hito en las relaciones económicas bilaterales. Objetivo del gigante asiático: consolidarse como socio estratégico. Tras siete años sin encuentros presenciales, este se celebró en Pekín el 13 de mayo.
Por qué importa. En un contexto de proteccionismo global y tensiones con EE. UU., la reunión ofrece alternativas a inversión e intercambio. En 2024, el comercio bilateral alcanzó un récord de USD 518 400M.
China proporcionará líneas directas de crédito de más de USD 9000M, inversiones directas y expansión de la cooperación en sectores clave. Aboga por la reconfiguración de las cadenas de suministro y el impulso a un multilateralismo en crisis.
El presidente Xi Jinping subraya la importancia de la interconexión eléctrica y las energías renovables.
Ello se alinea con los objetivos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), para integrar a los miembros de CELAC en una red global de comercio e infraestructura.
Entre líneas. China pretende aparecer como un socio más estable y predecible que EE. UU. Critica las políticas proteccionistas y conductas intimidatorias que, según Xi, conducen al aislacionismo.
Este enfoque sirve a Pekín para atraer a países del área que anhelan diversificar las relaciones, reduciendo su dependencia de mercados tradicionales.
Se fortalecen los vínculos en comercio agrícola, infraestructura y tecnología. Brasil, Argentina y Uruguay podrían beneficiarse del aumento de las exportaciones agrícolas.
Algunos de los ejemplos más visibles de colaboración práctica son los más de 200 proyectos de infraestructura, millones de puestos de trabajo creados y los TLC con varias naciones latinoamericanas.
Detrás de escena. Una relación más intensa plantea, también, desafíos. Existen preocupaciones sobre el riesgo de endeudamiento excesivo y la dependencia económica de Pekín.
La presión de EE. UU. para restringir la cooperación añade complejidad a las decisiones clave de la región.
Washington ha logrado que Panamá se retirara de la BRI. Además, ha expresado su oposición a la posible adhesión de Colombia.
Con todo, estas acciones podrían ser percibidas como intervencionistas, lo que contrasta con el ángulo de no injerencia promovido por China.
En el radar. Guatemala enfrenta una situación particular, entre la diplomacia tradicional y las oportunidades económicas. Es uno de los pocos en la región que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán.
Aunque no se ha adherido a la BRI ni ha establecido relaciones diplomáticas con China, la participación en el foro indica un interés en explorar oportunidades económicas sin comprometer su posición actual.
Sin embargo, la CIG, junto con otras organizaciones empresariales regionales, ha expresado su preocupación de que una mayor cercanía con China pueda afectar las relaciones comerciales con EE. UU.
Esto es más grave, si cabe, en un momento en que se buscan negociaciones para reducir los aranceles impuestos por Washington.
Ahora qué. Se intensifica el nexo China-CELAC lo que constituye un reto para la influencia económica de EE. UU. Pekín está dispuesto a invertir en el desarrollo de la zona, si bien persisten preocupaciones sobre los riesgos aludidos.
La respuesta proteccionista de la administración Trump, imponiendo aranceles de hasta un 50 % a productos de China es una amenaza real. EE. UU. debe adaptarse a la nueva realidad y reconsiderar su enfoque hacia el sur del hemisferio.
De generalizarse y prolongarse, una guerra comercial podría reducir hasta un 7 % el PIB global.
Si algo ha evidenciado la IV Reunión Ministerial de este Foro es un cambio en el equilibrio económico global. Los países de CELAC señalizan su voluntad de reducir dependencias y diversificar mercados.
Cuando María Waleska Álvarez asumió la dirección del NAP del Caribe, tenía frente a sí más que una empresa por liderar. Debía demostrar que desde República Dominicana se podía construir una infraestructura digital confiable, robusta y estratégica para Latinoamérica.
Álvarez encabeza una operación crítica en la región. Desde Santo Domingo, su equipo sostiene una red de servicios digitales que incluye data centers, nube y ciberseguridad, que da soporte a banca, seguros, salud y gobierno. Todo esto en una industria donde la confianza se gana con estabilidad y continuidad.
No fue sencillo abrir el camino. En sus primeras reuniones como CEO, enfrentaba el típico escepticismo: joven, caribeña, mujer. Pero en lugar de hacer del género su bandera, eligió que fuera su desempeño el que hablara. “Lo importante fue que quienes confiaron en mí lo hicieran por mis capacidades”, recuerda.
Desde su perspectiva, el Caribe no es un punto remoto del mapa, sino un eje entre continentes. Lo respalda la historia de RD: pionero en telecomunicaciones en la región, con una ubicación que facilita interconexión y décadas de crecimiento económico sostenido en las Américas.
El avance no ha sido inmediato. La táctica, explica, ha estado basada en la calidad del servicio, consistencia operativa y construcción de confianza en mercados poco acostumbrados a ver al Caribe como un actor tecnológico relevante. “Tuvimos que demostrar que era posible ofrecer niveles de servicio comparables con ciudades de EE. UU. o Europa”, señala.
Mirando hacia delante, ve una Centroamérica con mayor madurez digital, pero también con tareas pendientes en resiliencia. Afirma que “no hay nada más humano que la tecnología cuando se pone al servicio de las personas”. La eficiencia técnica debe entender lo que cada organización realmente necesita.
A quienes comienzan en este campo, en particular a las mujeres jóvenes, les aconseja formarse, arriesgarse y asumir con seriedad el papel que pueden tener. Su historia no es solo la de una mujer en este ámbito, sino la de una profesional que entendió que la credibilidad se construye con resultados y visión a largo plazo.
“El mundo digital es una oportunidad real de desarrollo”, concluye.
Alicia Utrera
Activos digitales, la nueva tierra prometida
504 palabras | 2 mins de lectura

La tokenización de activos del mundo real emerge como una herramienta transformadora en Centroamérica, especialmente en Guatemala. La región explora nuevas formas de inversión y financiamiento. Sin embargo, su adopción brinda tanto oportunidades como desafíos que deben ser analizados con cautela.
Por qué importa. Esta tecnología transforma activos físicos —como bienes raíces o proyectos de infraestructura— en representaciones digitales que se pueden negociar de manera global. Para economías emergentes como las centroamericanas, abre una vía para captar inversión internacional sin depender de modelos financieros tradicionales.
Desde 2023, Guatemala explora casos de uso vinculados a energía renovable y centros de datos tokenizados, con interés de inversionistas de Medio Oriente.
Este modelo permitiría a países con baja bancarización ofrecer instrumentos de inversión digitales sin intermediarios tradicionales.
Según Sanjeev Birari, cofundador de Zoniqx, “una oficina familiar en Dubái puede invertir en un centro de datos guatemalteco mediante activos digitales”.
En el radar. Más allá de esta innovación, el potencial real de esta tendencia está en cómo puede impactar a las economías centroamericanas. Amplía la base de inversionistas, aumenta la liquidez y dinamiza sectores como la vivienda o la infraestructura pública.
Un token puede representar desde un crédito de carbono hasta un porcentaje de una finca o deuda estatal, permitiendo su negociación global.
Según PwC, puede reducir costos de emisión, aumentar transparencia y atraer inversionistas minoristas sin sofisticación financiera.
“Hemos tokenizado activos por más de USD 4200M”, destacó Birari, lo que incluye bienes raíces, centros de datos y deuda privada.
Ecos regionales. Panamá, Costa Rica y El Salvador han mostrado interés en los activos digitales, aunque en distintos niveles regulatorios y técnicos.
En El Salvador, el marco legal para el bitcoin ha abierto espacio para explorar esta herramienta en la atracción de capital.
Costa Rica discute la posibilidad de emitir deuda pública bajo autenticación digital como mecanismo de financiamiento alternativo.
Guatemala se posiciona como pionera en planes piloto, si bien la legislación local aún no regula explícitamente estos instrumentos.
Punto de fricción. El principal reto es normativo. Aunque la tecnología está disponible, sin marcos legales específicos es difícil ofrecer certeza a los inversionistas, y los gobiernos se muestran cautos. Se requiere, asimismo, alfabetización digital para evitar la exclusión.
La falta de regulación específica puede generar desconfianza y limitar la escalabilidad del modelo.
Según el World Economic Forum, aunque varias jurisdicciones como Suiza, Japón y la Unión Europea han avanzado en marcos normativos. No obstante, la mayoría aún carece de reglamentaciones integrales y armonizadas, lo que provoca incertidumbre en su implementación global.
Birari advirtió que la adopción solo ocurrirá si los gobiernos impulsan la regulación.
Lo que sigue. Centroamérica tiene la posibilidad de subirse a esta ola en una etapa temprana. Pero requiere voluntad política, inversión en infraestructura digital y educación financiera.
Crear estructuras legales que reconozcan los tokens como valores sería un primer paso esencial.
La interoperabilidad regional podría facilitar la circulación de los mismos entre los países del istmo.
“Queremos ejecutar proyectos concretos sobre el terreno y ayudar a los estados a comprender esta tecnología”, afirmó Birari.
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