Caña, un dulce porvenir

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Guatecaña ha presentado su Estrategia de Sostenibilidad 2023-2033. Representa un hito en su evolución hacia una operación más responsable y ecológica. Este nuevo enfoque redefine los métodos de producción y promueve un impacto significativo en el desarrollo sostenible a nivel nacional.

Con la presentación destaca su compromiso con la innovación ambiental y social. Al mismo tiempo, muestra un camino claro hacia la reducción de consecuencias negativas y generación de oportunidades para las comunidades involucradas.

Volvemos, asimismo, a hablar de IA. El Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2024 evaluó la situación de 19 países. Ha habido avances en diversas áreas de desarrollo. Sin embargo, aún no hay iniciativas orgánicas. Pese a la falta de un sentido de urgencia y los desafíos por superar, el reporte insiste en la existencia de una oportunidad concreta.

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Guatecaña cosecha un futuro sostenible

Nobel de Economía 2024: tecnología, instituciones y democracia

Proyecciones económicas Centroamérica y RD

IA, cuenta pendiente en Latinoamérica

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Alice Utrera
Guatecaña cosecha un futuro sostenible
704 palabras | 3 minutos de lectura

La Agroindustria de la Caña de Azúcar de Guatemala, bajo su nueva identidad “Guatecaña”, lanzó su Estrategia de Sostenibilidad 2023-2033. Su enfoque en el compromiso ambiental, social y ético es innovador. El objetivo es transformar su operación y contribuir al desarrollo sostenible.

En perspectiva. La estrategia busca integrar prácticas sostenibles en toda la producción y operación. “La sostenibilidad es esencial para hacer negocios responsablemente. Nuestras acciones deben beneficiar a futuras generaciones”, subrayó Luis Miguel Paiz, gerente general.

  • Esta visión se concreta en metas como la de reducir la huella hídrica y emplear energía renovable en la cadena de producción. La empresa trata de optimizar el uso del agua con sistemas de riego eficiente y generar hasta el 30 % de su electricidad durante la zafra.

  • La conversión de la caña en energía, biocombustibles y otros productos más allá del azúcar es parte de la nueva perspectiva. Como afirmó Paiz, “no solo producimos azúcar; aseguramos un futuro sostenible para miles de guatemaltecos”.

  • La diversificación de productos derivados es un claro ejemplo de cómo la industria alinea sus operaciones con la preservación del medio ambiente y el desarrollo social.

Qué destacar. Uno de los pilares de esta estrategia es la responsabilidad ambiental. En particular, el uso de recursos hídricos y manejo de la tierra.

  • Andrea Bolaños, gerente de sostenibilidad, resaltó la importancia de reducir la huella hídrica en un 25 % en los próximos años. “Nos hemos comprometido a implementar tecnologías que optimicen el uso del agua, un recurso vital para que el país y nuestra industria sean sostenibles”, explicó.

  • El compromiso con la tierra incluye reforestar áreas dañadas por la agricultura, proteger ríos y fuentes en alianza con comunidades locales. Además, el empleo de sistemas avanzados de manejo del suelo garantiza productividad y es básico para el equilibrio ecológico.

  • Se ajusta con estándares internacionales contra el cambio climático, adoptando energías limpias para reducir su huella de carbono en un 30 % para 2033. “Estamos comprometidos con ser agentes de cambio positivos”, resaltó Paiz.

Por qué importa. Su efecto se refleja en la capacidad de generar empleos directos e indirectos. Actualmente, la industria emplea a más de 52 000 personas de manera directa y crea más de 250 000 puestos indirectos, contribuyendo al bienestar económico de las comunidades rurales.

  • “No solo producimos; creamos oportunidades y transformamos vidas”, recalcó el presidente de la entidad, Alfredo Vila. Los planes sociales incluyen acceso a educación y servicios de salud para las familias de los trabajadores.

  • La empresa ha lanzado iniciativas para combatir la desnutrición y fomentar la educación mediante el programa “Mejores Familias”. “Apuntamos a un impacto positivo y duradero en la economía y en quienes forman parte de esta industria”, señaló Bolaños.

  • Otra iniciativa, “Mujeres de Caña”, promociona inclusión y empoderamiento femenino en la agroindustria. Integra más mujeres en la fuerza laboral para promover igualdad de oportunidades y desarrollo.

Entre líneas.  El éxito se debe en gran parte a alianzas locales e internacionales. Estas permiten el acceso a tecnologías avanzadas y facilitan el intercambio de conocimientos y mejores prácticas replicables en otras áreas.

  • “Formar parte de la Red Global de Soluciones Sostenibles de Agua y Energía de la ONU —y otras— nos permite estar a la vanguardia”, sostuvo Bolaños.

  • Estas alianzas han llevado a inversiones en infraestructura y tecnología. Ello ha permitido optimizar procesos de producción y reducir impacto ambiental.

  • La colaboración con comunidades rurales y gobiernos ha sido fundamental para proyectos de conservación y protección. Estos acuerdos benefician a la industria y potencian la gestión sostenible de recursos.

Lo que sigue. Guatecaña mira hacia el futuro con optimismo y con un claro sentido de responsabilidad. “Nuestra cosecha más importante no es solo el azúcar, sino el bienestar de las generaciones futuras”, expresó Paiz.

  • Este enfoque integral, que abarca desde el manejo responsable de recursos naturales hasta la transformación social, es el compromiso de la industria con el desarrollo.

  • El camino hacia el éxito no será fácil, pero con la determinación mostrada y el apoyo de sus aliados, es evidente que continuará siendo un motor de crecimiento y prosperidad.

  • “Hoy sembramos las semillas de un futuro más sostenible, en el que cada acción que tomemos será una contribución al bienestar de nuestro país y el planeta”, concluyó Paiz.

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Alice Utrera
Nobel de Economía 2024: tecnología, instituciones y democracia

En un reconocimiento a la investigación que ilumina las disparidades económicas globales, el Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson.

Dotado con 11M de coronas suecas (aproximadamente USD 1M), honra su profundo análisis sobre el efecto duradero de las instituciones en la prosperidad de las naciones.

El Comité Nobel consideró a los galardonados por su explicación detallada de cómo las políticas de colonización influyeron en la estructura institucional de los casos estudiados, marcando el destino económico de estos.

Según la comisión, las sociedades que desarrollaron instituciones inclusivas que promueven el Estado de derecho y la propiedad, han mostrado un progreso significativo. Sobre todo, si se las compara con aquellas con instituciones extractivas a expensas del bien general.

Acemoglu, Johnson y Robinson exploran estas teorías en sus obras Por qué fracasan los países y Poder y progreso. En ellas argumentan que la prosperidad de una nación depende menos de factores geográficos o culturales. Lo que más incide es la fortaleza de sus instituciones. Por ejemplo, contrastan las vidas en Nogales, Arizona, con su vecina Nogales, Sonora. Muestran cómo diferencias institucionales pueden dar como resultado grandes disparidades de riqueza y salud entre lugares geográficamente cercanos.

La investigación de los laureados también aborda las consecuencias de la tecnología moderna como la IA, advirtiendo que, sin un cambio de dirección, estas innovaciones seguirían beneficiando a unos grupos sobre otros, esto socavaría la economía y democracia.

Este galardón no solo celebra sus contribuciones académicas. Enfatiza la importancia crítica de políticas y estructuras institucionales en la configuración de las economías globales. Es este un mensaje que resuena con urgencia en el panorama económico actual.

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María José Aresti
IA, cuenta pendiente en Latinoamérica
658 Palabras | 2 minutos de lectura

“El que no computa, no compite”, así lo determinó el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024). El informe elaborado por el Centro Nacional de IA de Chile y CEPAL evaluó la situación de 19 naciones. Con todos los desafíos por superar destaca que hay una oportunidad concreta.

En perspectiva. La región ha tenido avances en diversos espacios relevantes para el desarrollo de la IA. Con todo, no hay iniciativas orgánicas que capturen la necesidad de sumarse al acelerado proceso de esta herramienta. Se tienen “muchas ganas”, sin embargo no existe un sentido de urgencia.

  • Aunque se han elaborado algunas políticas nacionales, estas no han sido respaldadas por un compromiso decidido de recursos. Por ende, no existen acciones de relevancia y urgencia necesarias para reducir brechas.

  • Como resultado, los últimos tres puestos los ocupan Guatemala con una puntuación de 25.90, seguido de El Salvador (25.74) y Honduras (23.73). Por su parte, Costa Rica y Panamá ocupan el lugar 9 (43.63) y 10 (37.48), respectivamente.

  • “Es un tsunami que viene y no hay dónde esconderse. No es aceptable que, a dos años del auge de la IA, dos tercios de personas altamente calificadas no la usen. Tenemos como máximo tres años para adoptarla”, aseguró Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, durante su participación en el ENADE 2024.

Sí, pero. En los últimos ocho años la concentración de talento de IA en la fuerza de trabajo latinoamericana ha aumentado en un 100 %. No obstante, “ninguno ha alcanzado los niveles que tenían los países del norte global al inicio del mismo periodo”, explicó Rodrigo Durán, director ejecutivo del ILIA.

  • El desafío no es solo formar, sino retener. Desde 2019 se ha detectado una tendencia permanente a la fuga de talentos —exceptuando Costa Rica y Uruguay—. En términos migratorios LATAM no se perfila como una zona atractiva para talento de IA.

  • Mientras EE. UU. e India muestran cerca de 100 puestos, el promedio regional es de 10. Esto demuestra que, los trabajos aquí tienen menores niveles de especialización que los de economías avanzadas.

  • Por ello, es importante impulsar ecosistemas de innovación local, investigación y acceso a capital de riesgo. “Tenemos que insertarnos en estos ámbitos. Es una cuenta pendiente de los países latinoamericanos”, comentó Bilinkis.

Entre líneas. La infraestructura es determinante para generar condiciones que permitan el desarrollo de IA. Aquí se engloba conectividad, capacidad de cómputo y accesibilidad a dispositivos como computadoras y teléfonos inteligentes.

  • “Estos constituyen la columna vertebral de cualquier ecosistema de digitalización y son un motor potencial para la diversificación de la matriz productiva”, detalló Durán.

  • Guatemala (34.29), El Salvador (34.34) y Honduras (26.35) son catalogados por ILIA como países con capacidad limitada en esta materia. Es decir, con una puntuación menor a 40 necesitan fortalecer esas capacidades.

  • Bilinkis aseguró que nuestros países “no van a liderar”, pero sí deben acompañar este desarrollo. Es crucial que desde el Estado se despierte sensibilidad y familiaridad tecnológica en toda la población.

Visto y no visto. La caracterización económica de cada país, así como políticas públicas subyacentes, tienen un impacto directo en la capacidad de adopción de IA.

  • De un lado están Chile, Uruguay y Costa Rica que muestran mejores niveles de entorno emprendedor, inversión privada y aparición de startups. Por ejemplo, en Chile incorporar esta herramienta podría acelerar tareas realizadas por 5.69M trabajadores.

  • Países más industrializados y competitivos como México y Brasil exhiben mejores tasas de patentamiento, trabajadores muy calificados, empresas unicornio y fabricación de tecnología de punta.

  • Según Bilinkis, el Estado debe tener una visión estratégica sobre cómo desarrollarla y gestionarla. “Tendrían que liderar el proceso de digitalización a través de servicios sociales, monitoreo de políticas públicas y esquemas regulatorios globales”.

Balance. Aprovechar la oportunidad es superar importantes brechas que van desde la recolección y disponibilidad de datos, formación de capital humano avanzado, incorporación de infraestructura y promoción del Gobierno. La IA es una herramienta al servicio de la región. Depende de cada país que esto sea una realidad.