Home run textil

¡Buenos días!

Detrás de los uniformes de equipos como los Golden State Warriors y la indumentaria deportiva que visten miles de aficionados en EE. UU., hay una etiqueta que dice “Made in Guatemala”. La industria textil del país se posiciona como un MVP en la moda deportiva global, combinando calidad, velocidad y un ecosistema productivo robusto que abastece tanto a ligas profesionales como al ámbito universitario.

El siguiente análisis abarca el tema de una transformación silenciosa que está generando ingresos donde antes solo había basura. Mientras el mundo busca soluciones sostenibles, una tecnología poco conocida empieza a convertirse en una apuesta más rentable para las industrias que miran al futuro. ¿La clave? Calor, presión… y residuos.

Las playas con olas perfectas ya no son solo un paraíso para surfistas; el equipo de República Urbe analizó cómo esta tendencia impulsa los desarrollos inmobiliarios. Si le interesa este tipo de contenido, no deje pasar la oportunidad de suscribirse a su boletín.

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Equipo Empresa

República

 
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Miguel Rodríguez
Guatemala juega en las grandes ligas
432 palabras | 1 min de lectura

Con un ecosistema en la industria textil consolidado, Guatemala compite y se posiciona como proveedor estratégico en las “grandes ligas” del mercado deportivo. Desde uniformes hasta ropa para aficionados, los productos llegan a la NBA, NHL y MLB.

Por qué importa. El sector no solo abastece a equipos de renombre como los Lakers y los Golden State Warriors. También a tiendas en EE. UU. con productos para aficionados.

  • Andrea Mansilla, coordinadora de promoción comercial y de atracción de inversión en la Asociación de Vestuario y Textiles Vestex, señaló: “en las tiendas deportivas de EE. UU., los productos etiquetados como ‘Made in Guatemala’ son comunes”.

  • Proveedores como Dick’s Sporting Goods y Academy Sports reciben uniformes personalizados para los fans. Esto incluye prendas promocionales y accesorios.

  • Guatemala se destaca por su rapidez. “En ocho días exportamos productos que llegan directo a las tiendas o universidades”, indicó Mansilla.

En el radar. Surtir a equipos colegiales supone nuevas oportunidades de negocio para la industria.  Esto incluye incluyen la producción de uniformes personalizados.

  • “Lo que se está volviendo muy de moda es que las personas mandan a hacer sus uniformes”, explicó Alejandro Ceballos vicepresidente de Vestex.

  • Este enfoque directo al consumidor ha sido un éxito. Sobre todo la velocidad de respuesta.

  • Algunos clientes mantienen acuerdos de confidencialidad, pero sus productos pueden identificarse por la etiqueta “Made in Guatemala”.

Datos clave. Las exportaciones crecen de la mano con la generación de empleo. Se cuenta con un clúster robusto que abarca desde la hilatura hasta el producto final, garantizando eficiencia y calidad.

  • En 2024 sumaron USD 1932M, un incremento del 7 % respecto al año anterior.

  • Más del 50 % de los productos tienen valor agregado, reflejando sofisticación.

  • La industria genera más de 50 000 empleos directos, consolidándose como un sector medular en la economía.

Punto de fricción. A pesar de su auge, enfrenta desafíos que impactan la eficiencia logística. Ello provoca retrasos en las exportaciones y amenaza el potencial.

  • Mansilla resaltó que situaciones como los bloqueos en carreteras son un problema recurrente que retrasa.

  • Asimismo, enfatizó que la falta de inversión en puertos y la red vial limitan el potencial para competir con países asiáticos en volumen y eficiencia. “Es necesario mejorar la conectividad”.

  • Otro reto, es el aumento del salario mínimo. Según expertos, con este se perdieron 4000 máquinas de coser, lo que representa tres empleos.

En conclusión. Pese a la incertidumbre global, el país se perfila para atraer nuevas inversiones y surtir a más equipos de las ligas más importantes. La posible aplicación de tarifas comerciales en México y Canadá podría impulsar aún más la demanda.

 
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Alice Utrera
Volver al futuro… con plástico
416 palabras | 1 min de lectura

Convertir residuos en valor ya no es un ideal futurista. Hoy, la pirólisis — tecnología de descomposición térmica sin oxígeno— convierte desechos plásticos no reciclables en combustibles, gas y carbón. Su retorno financiero ha captado el interés empresarial. La apuesta es ecológica y rentable.

Por qué importa. Su atractivo radica en la capacidad de generar productos de valor con una tasa de retorno alta. Estudios indican que plantas de 40 000 toneladas anuales pueden alcanzar hasta el 20 %.

  • En sistemas móviles, la cifra asciende a 39 %, con un valor actual neto superior a USD 2M.

  • En Guatemala, una planta con capacidad de 12 toneladas diarias ya registra un retorno de inversión del 12 % y un payback de siete años.

  • “Invertimos en infraestructura, sí, pero tenemos resultados positivos. Transformamos residuos en petróleo pirolítico que se reintegra en la cadena de valor”, afirma María Fernanda Calvo, gerente bioambiental de Biotrash.

 
Cómo funciona. Más que un proceso técnico, es una estrategia de economía circular empresarial. El valor no está solo en el producto, sino en cerrar el ciclo de recursos.

  • La circularidad se vuelve tangible cuando el desecho, que antes significaba costo, ahora representa utilidad. Redefine la relación entre residuos y rentabilidad ya que integra subproductos directamente en procesos eficientes.

  • “Convierte los sobrantes sin salida en activos industriales. Disminuye la dependencia de materias primas vírgenes y reduce costos a largo plazo”, explica José Rivas, ingeniero químico.

  • En paralelo, las compañías ahorran en disposición de excedentes y reducen su huella de carbono hasta en 70 %.

Ecos regionales.  La implementación no ha sido exclusiva de grandes mercados. En Latinoamérica, empresas como Esenttia (Colombia) procesan cientos de toneladas al año y se proyectan a más de 8000 para 2025.

  • En México, Petgas produce 1350L de combustible por 1.5 toneladas semanales de plástico.

  • Estas soluciones ya no se ven como apuestas experimentales, sino como modelos de negocio replicables. Han atraído inversiones privadas, asociaciones con recicladores y respaldo institucional.

  • Se ha instalado en estas regiones como una herramienta para dinamizar economías locales desde los residuos.

En conclusión.  Detrás de cada reactor de pirólisis hay inversión, pruebas y fallos corregidos. Pero también visión.

  • “En la sostenibilidad, el éxito no se mide solo en utilidades. Lo medimos en impactos reducidos y recursos recuperados”, sostiene Calvo.

  • La clave está en escalar con control. La temperatura, la presión y la velocidad del proceso definen el rendimiento.

  • “Al controlar las variables, el mecanismo se vuelve eficiente y económico, ideal para reproducirse en la industria”, concluye. 

 
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