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El TLC que duerme en el Congreso


¡Buenos días!
El Congreso de Guatemala tiene en sus manos un tema de alcance estratégico: ratificar o no la adhesión al TLC entre Corea del Sur y Centroamérica. El país se encuentra en la antesala de sumarse formalmente a un acuerdo que ya vincula a Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá.
Un TLC con la décima economía del mundo —exigente y de alto poder adquisitivo— impone desafíos: competencia para sectores sensibles, enfrentar el déficit comercial con Corea y la necesidad de evitar beneficios concentrados. Al mismo tiempo, promete diversificación de exportaciones, atracción de inversión coreana y modernización institucional. La discusión ha de trascender cálculos coyunturales.
En esta ocasión les recomendamos la lectura del análisis El juicio invisible: la ciencia que condena al traficante, publicado originalmente en el boletín Semanal.

Marcos Jacobo Suárez Sipmann
Tratado listo, política pendiente
583 palabras | 2 min de lectura

El Congreso de Guatemala avanza con la aprobación del TLC con Corea del Sur. En enero de 2024 se firmó el Protocolo de adhesión al tratado entre Corea del Sur y los seis países de Centroamérica (Korea-Central America FTA, KCAFTA). Se requiere ahora su ratificación.
Qué destacar. Según David Juárez, presidente de la Cámara Guatemalteco Coreana de Comercio, las exportaciones guatemaltecas a Corea del Sur alcanzaron USD 8.74M en julio (una caída del 11.4 % frente al mismo mes de 2024).
Banano, café, aceite de palma, azúcar, cardamomo y frutas son rubros líderes. También los de prendas de vestir y manufactura ligera se convierten en sectores ganadores. En minerales sobresalió el niquel.
Durante 2024 Guatemala importó de Corea del Sur por un valor de USD 432.63M (1.33 % del total). Sobre todo, vehículos, maquinaria y productos industriales).
En palabras de Juárez el tratado abre oportunidades para un universo amplio de productos: más de 18 000. Subraya que “otros países centroamericanos han logrado duplicar sus exportaciones a Corea en áreas de industria liviana y agroindustrial”.
En el radar. En términos de inversión extranjera, el acuerdo facilitará la llegada de capital coreano en sectores como agroindustria, logística, energía y manufactura.
Juárez añade que esto abre, asimismo, la puerta a que Guatemala se integre más activamente en las cadenas de valor regionales.
Ello significa que empresas coreanas podrían valerse de Guatemala como plataforma de producción y exportación hacia otros mercados.
Para ello, afirma Juárez, puede aprovecharse tanto la red de tratados de Corea como la posición estratégica de Guatemala en Centroamérica.
Por qué importa. La ratificación abre una puerta estratégica: transformar una relación desigual en una plataforma de crecimiento, competitividad y mayor integración en las cadenas globales de valor.
El TLC reducirá costos de acceso para productos guatemaltecos hacia Corea y facilitará encadenamientos regionales en confección y agroindustria. Esto puede aumentar las exportaciones con valor agregado.
Claridad legal y trato preferencial conllevan una mayor confianza de los inversionistas. Esto puede significar proyectos de manufactura, logística y agroindustria.
Los capítulos sobre sanidad, facilitación aduanera y comercio electrónico obligan a mejoras regulatorias. Si estas están bien gestionadas, elevan la competitividad estructural.
Detrás de escena. Sin políticas de ajuste, la liberalización podría exponer a agricultores y productores locales a la competencia de importaciones más baratas o tecnológicamente avanzadas. Ello presionaría precios y rentabilidad en rubros vulnerables.
Para aprovechar el tratado, Guatemala requiere inversión en calidad, certificaciones, infraestructura logística y aduanera.
De igual modo, conviene implementar mejoras en controles fitosanitarios, aduanas y transporte.
Es necesario evitar el riesgo de que las ganancias se concentren en exportadores de zonas urbanas, con escasa derrama a pequeños productores rurales sin apoyo técnico o acceso al financiamiento.
Lo que sigue. El acuerdo permitirá diversificar mercados, atraer inversión y modernizar cadenas de producción. Sin embargo, exige políticas públicas —capacitación, infraestructura, medidas de ajuste para sectores sensibles— para que los beneficios sean sostenibles y amplios.
Hasta que el Congreso ratifique, el impacto real seguirá siendo potencial. El reciente dictamen favorable indica que sea incluida en la agenda de los próximos meses.
El TLC representa una oportunidad estratégica real pero no automática. Las cifras muestran una base comercial aún pequeña y una IED nacional en recuperación, por lo que el tratado funcionará como palanca.
Complemento indispensable es que Estado y sector privado coordinen esfuerzos. Si lo hacen, facilitará la modernización logística y las APP lograrán atraer proyectos coreanos de mayor contenido tecnológico. Con ello, el TLC puede abrir un camino sostenible de diversificación y mayor inversión.
¿Debería el Congreso agilizar el proceso de ratificación del TLC con Corea? |
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Ray Dalio no es un académico clásico, sino un inversionista que lleva décadas leyendo el mundo desde los mercados. En su ensayo de 2022 propone una tesis inquietante: la historia funciona en ciclos. Para el autor, estamos entrando en una fase de declive estadounidense y ascenso chino. Para demostrarlo, repasa el auge y caída de los imperios holandés y británico, así como el declive de las distintas dinastías chinas. En estos ejemplos encuentra patrones y relaciones causa-efecto, que se repiten con sorprendente regularidad. A ello lo denomina el “gran ciclo”.
La obra resulta útil porque obliga al lector a conectar lo económico con lo político y lo social. Dalio insiste en factores como educación, deuda —el colapso de credito—, productividad, riqueza y conflictos internos para explicar por qué algunos países triunfan mientras otros colapsan.
Sus gráficos y mapas conceptuales aportan una perspectiva amplia. Estos elementos ayudan a prever escenarios futuros —útil para economistas, responsables de políticas públicas y ciudadanos preocupados con la macroeconomía global—. La lectura se convierte en un ejercicio de perspectiva: lo que hoy parece coyuntura, se presenta enmarcado en una escala mayor.
Además de confiar demasiado en la idea de ciclos inevitables, el escritor estadounidense deja en un segundo plano la capacidad de las instituciones y de la innovación para romper inercias históricas. Su mirada podría pecar de determinismo y que no todo puede reducirse a gráficas de ascenso y caída.
Aun con esas reservas, el libro plantea preguntas que responderían a cómo será el futuro. No es un manual de recetas fáciles, es una invitación a pensar el presente como parte de un proceso más amplio. En un mundo donde las noticias cambian cada minuto, Dalio propone detenerse y leer cómo las decisiones presentes están condicionadas y mueven la historia. Ese ejercicio es lo que vuelve imprescindible la lectura de Principios para enfrentarse a un nuevo orden mundial.
UN MENSAJE DE GRUPO AG
Grupo AG el aliado que impulsa proyectos y sostiene el futuro de Guatemala

El acero es mucho más que un material de construcción: es la base sobre la que se levantan proyectos, comunidades y sueños que transforman al país. Cada varilla y cada estructura reflejan décadas de innovación, experiencia y compromiso.
Qué destacar. En Guatemala, Hierro AG se ha consolidado como el producto insignia de Grupo AG. Gracias a su calidad, miles de guatemaltecos han construido hogares, impulsado empresas y desarrollado una infraestructura sólida que fortalece el crecimiento del país.
Las grandes obras nacionales son hoy símbolo de competitividad y progreso. Hablar de Hierro AG es hablar de confianza y de un legado que sostiene el presente y proyecta el futuro de las próximas generaciones.
Lo que sigue. El acero no solo edifica, también impulsa y sostiene los sueños que dan forma a Guatemala.
Conozca este lanzamiento aquí.
María José Aresti
El péndulo arancelario golpea y abre caminos ticos
513 palabras | 2 min de lectura

Los nuevos aranceles que EE. UU. impuso a Costa Rica no solo sacudieron la balanza comercial, también pusieron a prueba la capacidad del país de adaptarse a un escenario global incierto. La economía tica enfrenta ahora el reto de transformar este escenario en una oportunidad estratégica.
Por qué importa. El impacto arancelario es una cuestión que define el rumbo de sectores enteros de la economía. Los productos estrella de Costa Rica dejaron de gozar de la ventaja de acceso libre y ahora cargan con sobrecostes que limitan su competitividad.
El arancel promedio pasó de menos del 3 % en 2024 a casi 10 % a inicios de este año. El salto encarece exportaciones agrícolas y manufactureras. Esto erosiona márgenes de ganancia.
La piña, banano y café fueron los primeros en resentir la presión, mostrando cómo la agricultura se vuelve más vulnerable.
Un estudio de Deloitte determina que, a mediano plazo, el golpe alcanzará a los dispositivos médicos y electrónicos, industrias que representan el futuro exportador tico.
Punto de fricción. El caso de Costa Rica ilustra una paradoja del proteccionismo: la factura económica no solo recae en el socio afectado, sino también en el propio país que impone la medida.
Para EE. UU., mantener altos aranceles a la economía tica implica perder dinamismo económico. Se reduce su propia competitividad frente a proveedores alternativos.
Deloitte señala que el país centroamericano lograría adaptarse en el mediano plazo gracias a su capacidad de insertarse en otros mercados y diversificar exportaciones.
La tensión revela cómo las decisiones unilaterales de política comercial generan efectos que se devuelven. Se podría minar la confianza en el comercio abierto y frenar oportunidades mutuas, según el informe.
Entre líneas. A su vez, el incremento del 15 % significa un crecimiento más lento y a menores incentivos para la inversión. En su lugar, con un 10 % se abriría la puerta a un ambiente más favorable y competitivo.
Con la tasa más alta, el crecimiento económico con dificultad rondaría el 3.5 %, mostrando resiliencia aunque con menos dinamismo que antes.
Mientras que el 10 % permitiría sostener un ritmo similar de crecimiento, pero con un clima de negocios más atractivo. Esto facilitaría la llegada de nuevas inversiones y una recuperación de las exportaciones.
La diferencia entre ambos escenarios no es trivial: marca el rumbo del país en su capacidad de consolidarse como socio confiable en cadenas de valor globales.
Lo que sigue. El desafío para Costa Rica no es únicamente resistir el impacto, sino capitalizarlo en este momento. Con Asia bajo presión arancelaria, el país tiene margen para presentarse como alternativa estratégica en cadenas productivas pese al hecho de que vecinos como Guatemala tienen un arancel del 10 %.
El nearshoring se perfila como la gran carta: la posibilidad de atraer empresas que buscan producir más cerca de EE. UU. Se aprovecharían costos relativos más competitivos y estabilidad institucional.
Diversificar mercados más allá del estadounidense será clave para no depender de un solo socio y reducir la vulnerabilidad ante nuevas tensiones comerciales.
Si logra convertir la crisis en una ventana de oportunidad, su economía podría sostener un crecimiento estable cercano al 3.4 %, con mayor capacidad de atraer capital y empleo en sectores estratégicos.