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No dejar a nadie atrás
¡Buenos días!
Una vez más, el Índice de Competitividad Local elaborado por Fundesa, muestra la realidad del país. Su utilidad radica en reflejar la situación de la totalidad de los 340 municipios. Y, sobre todo, en la posibilidad de replicar el éxito de los más competitivos en un país sujeto todavía a grandes contrastes y diferencias.
Es verdad que para 2030, Fundesa ha planteado que Guatemala debería ser el país más competitivo de la subregión. Pero no lo es menos, que se requiere un enfoque a largo plazo de políticas locales y compromisos de actores clave a nivel subnacional.
Esperamos que nuestros temas sean de su interés. Gracias por su confianza.
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Contenido en este boletín:
•Exclusiva: Nuevos proyectos de APP en puertos
•Un territorio de contrastes con tres “Guatemalas”
•Iniciativa PARES, transformar áreas rurales vulnerables en LAC
•Remesas: todos los caminos llevan a EE.UU.
•El Rincón de los Libros: Nadando a contracorriente
Exclusiva: Nuevos proyectos de APP en puertos
A nuestra sala de redacción, llegó la siguiente información que consideramos de valor compartir con usted, querido suscriptor:
El Consejo Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (CONADIE), en su última sesión del 2024 —realizada ayer—, incorporó dos proyectos de puertos al portafolio de la ANADIE: una terminal de graneles líquidos y otra de cruceros. La entidad solicitante es la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (EMPORNAC). Dichos proyectos se realizarán bajo la modalidad de alianza público-privada.
Daremos seguimiento a esta valiosa noticia en las siguientes ediciones de nuestro boletín.
República Empresa
María José Aresti
Un territorio de contrastes con tres “Guatemalas”
744 palabras | 3 minutos de lectura
En el mosaico territorial de Guatemala, las cifras del Índice de Competitividad Local (ICL) de 2024, elaborado por Fundesa, revelan una paradoja: mientras un cuarto de la población concentra más de la mitad del PIB; otros, solo el 4 %. La interrogante clave es cómo replicar el éxito de los municipios más competitivos en un país de contrastes.
En perspectiva. Tres realidades distintas conviven en 108 000 km de territorio. Una vive a la sombra del promedio per cápita del país —USD 5 500—. En la otra, se concentra más de la mitad del PIB. Los extremos se completan con una realidad “intermedia”, que se extiende con mayor presencia.
En principio, una tiene 28 municipios con calificaciones entre 20 y 40 puntos. Son responsables del 4 % de la producción nacional: PIB per cápita de USD 2 640. “Esta Guatemala vive a la mitad del interés nacional”, mencionó Jorge Benavides, investigador asociado.
La segunda es la categoría más amplia. Cubre 278 —10 más que 2023—, con un promedio per cápita de USD 4 700. Entonces, con esa cantidad por debajo del promedio nacional, ¿qué es lo que sube los números?
La respuesta se revela en la tercera —y última realidad— de 34 municipios. Representan el 25 % de la población, 3 % del territorio, pero más del 50 % del PIB. Los ingresos están por encima de USD 13 700 al año. “Son responsables del crecimiento del país”, enfatizó el economista.
Qué destacar. La ansiada meta es que cada vez más municipios superen los 80 puntos en el ICL. “Medirnos no es solamente señalar, es saber quiénes están haciendo bien las cosas y cómo lo logran”, comentó Sebastián Siero, presidente de la ANAM.
San Bartolomé Milpas Altas destacó en infraestructura, dada su cercanía a la Costa del Pacífico. Su notoriedad también incluye: crecimiento en condiciones de vivienda, electrificación, agua y saneamiento.
En el mercado laboral, Santa Lucía Cotzumalguapa muestra mejores condiciones enfocadas en sistema financiero robusto con casas de ahorro, cartera de créditos, cobertura de agencias y de agentes bancarios.
San José del Golfo, sin un presupuesto alto, destina un porcentaje importante a la inversión productiva. Esta decisión potencia su economía rural con generación de empleo, desarrollo sostenible y crecimiento.
Entre líneas. Para 2030, Fundesa ha planteado que Guatemala debería ser el país más competitivo de la subregión. Es imperativo: es la economía más grande y con buenas condiciones de inversión, crecimiento y empleo.
Para generar mejores estrategias es necesario identificar “qué se hace bien” para replicarlo. Lo que no funciona se corrige. El índice lo comprende, y por ello, enlista los municipios que fueron mejor este año y aquellos que decayeron.
San Lorenzo, San Andrés Xecul, Coatepeque, San Marcos la Laguna y Melchor de Mencos tuvieron un mejor avance respecto al año anterior. En la otra cara de la moneda están San Cristóbal Acasaguastlan, San Pedro Necta, Olintepeque, Morazán y Santiago Chimaltenango.
“Aunque no existen tendencias de que todos mejoren o empeoran en lo mismo, sí vemos que tanto instituciones como tamaño de mercado son los pilares que hacen avanzar o retroceder municipios”, explicó Benavides.
Voces. Lisardo Bolaños, coordinador ejecutivo de Guatemala No Se Detiene, aseguró que el ICL puede impactar a nivel Estado. La información es una demostración de las limitaciones y la necesidad de una alineación con el Ejecutivo y Congreso para un avance de medidas.
“En otros países los gobiernos subnacionales logran impulsar una agenda de atracción y generación de mejores empleos. Focalizar eso hace que los gobiernos centrales se vean forzados a mejorar las condiciones para el trabajo de los alcaldes”, agregó.
Tener tres “Guatemalas” en una sola demuestra el rezago evidente en regiones. Bolaños afirmó que con ello la política pública debería enfocarse en las personas más que en territorios. “Lo importante es dónde se logra desarrollo económico para los guatemaltecos”.
“Hay territorios con más oportunidades, y los países las desarrollan promoviendo densificación y migración interna. Es un elemento para tener en mente y una herramienta valiosa de política nacional que falta en el país”, añadió.
Balance. Desde hace 9 años, Fundesa desarrolla el índice. Voltear para ver hacia atrás deja claro que se necesita un enfoque a largo plazo de políticas municipales y compromisos de actores clave a nivel subnacional. Un entorno favorable es la base para nuevas inversiones y el desarrollo de negocios locales. Una abundancia sincronizada hará menos perceptibles las contrastantes realidades entre 340 municipios hermanos.
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Alice Utrera
Iniciativa PARES, transformar áreas rurales vulnerables en LAC
El Proyecto Paz, Acción, Resiliencia y Sostenibilidad en Paisajes (PARES), en su compromiso continuo con la sostenibilidad y la resiliencia climática, lanzó una convocatoria abierta para expresiones de interés. Está dirigida a organizaciones con trayectoria en adaptación rural y manejo sostenible de los recursos naturales en LAC.
Con el propósito de empoderar paisajes rurales vulnerables, la iniciativa busca colaborar con ONGs, universidades, centros de investigación, y cooperativas que han estado activas en sus comunidades entre tres y cinco años. Se centra en identificar áreas que, además de enfrentar alta vulnerabilidad climática, son esenciales para provisión de alimentos, conservación de ecosistemas y mitigación de desigualdades sociales.
“Queremos que los territorios más vulnerables se transformen en ejemplos de cambio sostenible. Mediante alianzas estratégicas con actores locales, aspiramos a fortalecer la resiliencia comunitaria frente a los riesgos climáticos, ambientales y de seguridad que afectan a estos paisajes rurales”, explicó Ileana Avalos, coordinadora del proyecto.
En esta primera fase se han seleccionado 15 territorios en México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia y Ecuador. La convocatoria está diseñada para fomentar el desarrollo de propuestas que reflejen su realidad y potencial para implementar soluciones basadas en la naturaleza, que contribuyan a la estabilidad y paz en regiones afectadas por la migración y el desplazamiento.
Los criterios para participar incluyen la localización en zonas rurales con alta vulnerabilidad climática y áreas que fomenten la seguridad alimentaria mediante la producción de granos básicos, tubérculos, café, entre otros. Asimismo, se valorará la presencia de agricultura de pequeña y mediana escala, evitando las áreas dominadas por la agricultura industrial, así como la presencia activa de comunidades locales, incluyendo pueblos originarios y grupos en condiciones vulnerables.
Los interesados deben presentar sus expresiones de interés antes del 15 de diciembre de 2024 a través de los formularios proporcionados en línea. Los territorios seleccionados recibirán una subvención de USD 164 775 para implementar un proyecto piloto entre abril 2025 y diciembre de 2026. Contarán con apoyo técnico continuo y la oportunidad de integrarse en una red de intercambio de experiencias a nivel regional.
Esta convocatoria es parte de la Alianza para el Cambio Climático, Medio Ambiente, Paz y Seguridad, una cooperación entre la Unión Europea, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el CATIE. Su fin es promover paisajes resilientes y sostenibles que integren el fortalecimiento de capacidades locales y la implementación de soluciones innovadoras basadas en la naturaleza.
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El libro que reseñamos es Ningún comercio es gratis. Cambiar el rumbo, enfrentarse a China y ayudar a los trabajadores estadounidenses. Su autor, Robert Lighthizer, fue Representante de Comercio en la primera administración Trump (2017-2021). En estas memorias cuenta la historia de cómo se enfrentó a la ortodoxia del establishment comercial.
Ha luchado contra globalistas, importadores, grupos de presión, gobiernos extranjeros y grandes empresas cuyos intereses divergían de los de los trabajadores estadounidenses. Ha escrito y argumentado contra las “políticas fracasadas de libre comercio unilateral”. Estima que esa fue la opción preferida de las elites; millones de estadounidenses de a pie pagaron el precio. Expone que Washington se preocupó más por beneficios empresariales, importaciones baratas e intereses de gobiernos extranjeros.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es un tema importante del libro. Tras ser representante comercial adjunto en la administración Reagan, Lighthizer fue tesorero de la campaña presidencial del republicano Bob Dole en 1996. Ambos habían respaldado el TLCAN, promulgado en 1994. De hecho, lo secundaron más republicanos que demócratas.
Durante años Trump amenazó con cancelarlo. Al final, se reformuló. Lighthizer negoció el ahora llamado Acuerdo Canadá-EE. UU.-México, alias USMCA. Considera esta nueva versión como ejemplo de trato que beneficia a todas las partes. Cierto: el comercio ha aumentado desde entonces. Pero eso fue, en parte, resultado de una economía en auge, no del nuevo acuerdo en sí. En 2016, la inflación era baja y recortes fiscales impulsaron crecimiento e inversión. Ahora, Trump hereda una economía mundial en desaceleración que todavía está lidiando con el impacto persistente de los altos precios. Esto puede amplificar el daño potencial causado por cualquier nuevo arancel.
La otra gran acción de Lighthizer fue negociar con China, verdadero objetivo del enfoque proteccionista de Trump. Critica que EE. UU. ha sido el primer país que financia el ascenso de sus rivales. Léase, China. Narra cómo, “por primera vez”, Washington se enfrentó a Pekín. Explica cómo funcionan las negociaciones comerciales y por qué la clave del éxito está en ejercer presión. Y es que, como reza el título: ningún comercio es gratis.
Lighthizer había desaprobado la adhesión de China a la OMC. Y en 2010 expuso ante el Congreso “lo desastrosa que había sido para EE. UU. —y en particular sus trabajadores— la decisión de 2000 de conceder a China el estatus de nación más favorecida”.
En 2018 impuso aranceles a China. Lighthizer transmite un mensaje que resuena en el corazón del país (es natural de Ohio). La decadencia del Rust Belt (“Cinturón del Óxido”) del Nordeste y Medio Oeste no solo se debe al “choque chino”. Sin embargo, Lighthizer, como muchos de sus compatriotas – republicanos y demócratas – tiende a culpar a China. Con todo, es difícil objetar su aseveración de que la entrada de Pekín en la OMC para nada cambió la economía política del gigante asiático. Puede estarse en desacuerdo con los aspectos económicos de sus opiniones sobre la necesidad de reequilibrar el déficit comercial con China. Sobre todo, considerados globalmente: el déficit de un país siempre es el superávit de otro. No obstante, sus argumentos sobre la necesidad de que una economía tan diversificada como la estadounidense produzca además de consumir para mantenerse fuerte resuenan con fuerza en un momento en el que fragilidad de las cadenas de suministro mundiales se ha hecho demasiado evidente.
Lighthizer olvida mencionar algunos puntos. La renta nacional per cápita de EE. UU. es más de cinco veces la de China. Su economía (un 10 % más pequeña que la de la UE en 2008), ahora es un 50 % mayor. La clase trabajadora estadounidense goza de un nivel de vida superior a cualquiera de las naciones o regiones con las que tiene déficits comerciales.
Para debilitar a China, defiende un “desacoplamiento estratégico”. Reconoce el trastorno que causaría si se impusiera repentinamente. El problema es que separarlas – con enormes aumentos de impuestos a los consumidores – causaría pérdidas masivas de puestos de trabajo, precios más altos y un descenso del nivel de vida de los estadounidenses, por muy gradual que fuera.
Pese a reconocer que el libre comercio permite una mayor eficiencia económica y menores costes para el consumidor, argumenta que esos beneficios se ven superados por los persistentes y abultados déficits comerciales y la dislocación de los trabajadores.
Lighthizer condena la política comercial anterior a Trump. “Los beneficios corporativos se dispararon para un grupo selecto de importadores y minoristas” mientras que “muchas empresas manufactureras fueron forzadas a la quiebra o a trasladar sus fábricas al extranjero”.
Scott Lincicome, vicepresidente del Cato Institute, rechaza el argumento de que el libre comercio ha perjudicado a la mayoría. Afirma que el problema es que los daños se han concentrado en lugares electoralmente importantes, swing states como Ohio, Pensilvania y Michigan.
El libro va dirigido al estadounidense común. Presenta argumentos contra las políticas que, en su opinión, han debilitado a EE. UU. dejando atrás a familias y comunidades. Aboga por una política comercial centrada en el empleo.
Lighthizer defiende las políticas comerciales America First de Trump a pesar de que no lograron su objetivo principal: reducir drásticamente los déficits comerciales. ¿Funcionarán las ideas del autor en esta segunda administración?
El tiempo lo dirá.
Más allá de esto, No Trade Is Free es una crónica accesible y amena de la historia y la política comercial de EE. UU. en el último medio siglo.
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